28 de agosto de 2011

¿Sabes lo que he sentido esta mañana al despertarme? Nada. Ni pasión, ni chispa, ni fé, ni emoción. Nada. Creo que ya he llegado al límite de seguir llamando a esto un mal momento, y me aterroriza. Prefiero morirme a pensar que esta es la persona que voy a ser de ahora en adelante... Espero que al final logre creer en lo que yo llamo la física de la búsqueda. Una fuerza de la naturaleza que se rige por leyes tan reales como la ley de la gravedad. La regla de la física de la búsqueda viene a decir algo así: si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te protege y te consuela, lo cual puede ser desde tu casa hasta viejos rencores, y embarcarte en un viaje en busca de la verdad, ya sea interior o exterior, y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine y a que todo al que encuentres en el camino te enseñe algo; y si estás preparado, sobretodo, a afrontar y a perdonar algunas de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad no te será negada.

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