6 de septiembre de 2011


Cuando un cristal o un plato se rompen genera un sonido de algo rompiendose. Cuando una ventana se hace añicos o la pata de una mesa se rompen, o se cae un cuadro de la pared hacen ruido. Pero cuando tu corazón se rompe, el silencio es total. Es algo tan importante que piensas que su ruptura hará tal ruido que se oirá en todo el mundo, o sonará como un gong o un timbre. Pero simplemente hay silencio y entonces es cuando desearías que hubiese algún sonido que distrajese tu dolor. Si lo hay, es interno. Es un grito y nadie puede oírlo, solo tú. Es tan alto que tus oídos pitan y tu cabeza duele. Es tan salvaje, como una herida abierta expuesta a agua salada, pero cuando realmente se rompe, solo se oye el silencio. Gritas en tu interior, pero nadie puede oírlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario