8 de septiembre de 2011




Te estás haciendo a la vela, ¿cómo quieres que no se estremezca el casco a los primeros golpes de mar? Tampoco te asustes, porque todo está previsto. Fuistes una niña, serás una mujer. Pero, por el momento, ya no eres la niña que fuiste y aún no eres la mujer que serás. El desequilibrio es inevitable. ¡Y es tan fácil sufrir mientras dura eso! Y sufrir sin que las personas mayores se den cuenta, sin que lo comprendan... Mira, tu fisiología, quiero decir, lo funcional, ¿comprendes?, empieza a ser de mujer, en algo muy íntimo y esencial tuyo y contrasta y choca dolorosamente con una mentalidad todavía infantil en muchas cosas...

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